La sensación de hambre puede resultar engañosa y seguro que te juega malas pasadas en varios momentos del día. Debes adelantarte al crujido de las tripas y a esas ansias por comer un dulce o cualquier tipo de comida rápida. Por ejemplo, después de haber comido puede que la sensación de hambre continúe. Para reducir el apetito y evitar estas “situaciones trampa” hemos elaborado un planning con trucos que te ayudarán a perder peso.
Controla tu apetito
¿Sabías que el autocontrol es la técnica más eficiente para perder peso? Así lo constata un estudio publicado en National Center for Biotechnology Information. La mejor manera de adelgazar es controlar tu apetito y reducir esos “picoteos” que tienden a ser poco saludables y con calorías altas.
Puede que al principio sea complicado imponer este autocontrol a tu dieta, pero a la larga lo vas a agradecer, porque no te va a suponer un gran esfuerzo. Puedes empezar con pasos sencillos que te recomendamos a continuación:
Alimentos que apoyan la saciedad
No todo lo que comes te llena de la misma forma. Por ejemplo, los carbohidratos proporcionan satisfacción y energía de inmediato, pero notarás que esa sensación desaparece rápidamente. En cambio, las proteínas y las grasas saludables te ayudan a sentirte lleno por más tiempo.
Algunos ejemplos incluyen huevos, carnes magras o legumbres. Puede ser que entre horas no te parezca una solución práctica o apetecible, en esos casos decántate por un yogur o algunos frutos secos. Asimismo, los alimentos ricos en fibras también pueden servir de ayuda.
Un vaso de agua antes de las comidas
Uno de los trucos cada vez más recurrentes es el de tomar un vaso de agua antes de cada comida. Te servirá para mantenerte hidratado, pero también para engañar al estómago y saciarte antes. Esto contribuye a disminuir la sensación de hambre.
El poder de la mente
Hemos empezado hablando del autocontrol, y este apartado está relacionado directamente con ello. El nivel de estrés de cada individuo puede intervenir en el hambre, ya que está asociado a la ansiedad. Lo más recomendable es practicar deporte o meditación para descargar y no recurrir a la nevera o al típico cajón de la comida plagada de azúcares añadidos.
Un nuevo método puede ser el de imaginar otro tipo de alimentos cuando el cuerpo te pide un dulce o unas patatas fritas. ¿Te parecería igualmente apetecible un plato de pasta o unas legumbres? Si no es así será que el apetito no es tan fuerte como aparenta.
Apóyate en la suplementación
¿Crees que ya lo has probado todo? Te has apuntado al gimnasio, has intentado empezar una dieta estricta, no comes entre horas… Aun así, no bajas de peso, no te funciona. Cada cuerpo puede responder de diferente manera a todos los consejos que puedas escuchar sobre la reducción del apetito. En estos casos, puede ser adecuado conocer algunos suplementos alimenticios.
En primer lugar, debes conocer por qué tu metabolismo actúa lentamente para lograr eliminar las grasas que deseas desechar. Para ello, deberías consultar con tu médico y pedirle consejo acerca de los diferentes complementos dietéticos que pueden ser apropiados para ti.
Conclusión para el control del apetito
Antes de centrarnos en la alimentación, conviene revisar nuestros movimientos cotidianos, desde el deporte que practicamos hasta los ratos que pasamos sentados en el sofá. Llevar una vida sedentaria no es saludable, esto no significa que te tengas que convertir en un atleta de élite, pero un paseo de media hora al día, como mínimo, no te va a suponer un gran sacrificio, sino al contrario, te ayudará a controlar el apetito y a llevar una vida más sana.
Una vez superado el primer punto, debes acompañarlo de buenos hábitos alimentarios. Los denominados picoteos se pueden saciar con una pieza de fruta, o si te quieres dar un capricho puedes recurrir al chocolate negro (que no baje del 70%). Sin embargo, antes de tomar cualquier decisión para reducir el apetito, en caso de que vaya a trastocar tu rutina alimenticia, es recomendable acudir a un especialista de la salud.