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La capacidad de la dieta MIND para favorecer el envejecimiento saludable

Según los resultados de los últimos estudios que se han realizado en torno a la alimentación y el envejecimiento saludable, comer los alimentos adecuados puede prevenir la demencia. Además, diferentes investigaciones apuntan que el mantenimiento regular de la función cognitiva y el nivel de alerta a medida que envejeces podría estar vinculado a la alimentación. Aquí entra en juego la dieta MIND.

Generalmente, las personas mayores recurren a este régimen cuando se acerca la edad en la que los achaques de salud empiezan a ser previsibles y comunes. Se trata de una dieta que ayuda a evitar el deterioro cognitivo, que se agudiza cuando ciertos depósitos de proteínas se forman entre las células nerviosas, dificultando el pensamiento y las habilidades para resolver problemas.

En este sentido, los investigadores han subrayado que seguir, aunque sea, de manera moderada la dieta MIND en la vejez “podría prevenir tales problemas cognitivos”. El análisis post-mortem de los cerebros de las personas que siguieron la dieta MIND reveló que, “aunque había suficientes placas amiloides y ovillos para justificar un diagnóstico de demencia, estas personas no desarrollaron síntomas cognitivos durante su vida”.

¿Qué es la dieta MIND?

La dieta MIND es una combinación de la dieta mediterránea y los enfoques dietéticos para detener la hipertensión (DASH). Ambos regímenes alimentarios son conocidos por ser beneficiosos para el corazón, pero también pueden proteger la salud del cerebro. Concretamente, con la dieta mediterránea, comes alimentos integrales y mínimamente procesados (legumbres, verduras, frutas, frutos secos o pescado). Es una dieta que permite disfrutar de pequeñas cantidades de carne, huevos y productos lácteos, además de una modesta cantidad de alcohol.

En cambio, la dieta DASH se centra en frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa. Por ejemplo, puedes comer cereales integrales, aves, pescado y frutos secos, pero debes evitar grandes cantidades de grasa (especialmente si es saturada), carne roja, sodio y azúcares añadidos o bebidas con edulcorantes.

Por lo tanto, la dieta MIND enfatiza la ingesta de alimentos de origen vegetal. En particular, las bayas y las verduras de hoja verde son elementos básicos de este tipo de régimen. Se diferencia del resto de dietas en que no hay restricciones de conteo de calorías ni de grupos de alimentos, centrándose en alimentos que promueven el bienestar cerebral.

Cómo seguir la dieta MIND

Cualquier cambio en tu hábito alimenticio o de rutina debe ser consultado anteriormente con un profesional de la salud. Además, es posible que necesites acudir a un herbolario para comprar un suplemento nutricional que te ayude a superar los primeros días de la dieta. Como ocurre en cualquier otro ámbito de la vida, las transiciones pueden ser duras, no viene mal un apoyo o un aporte de nutrientes adicional que podrás encontrar en tu herbolario más cercano.

La dieta MIND puede ser útil para cualquier persona. Sin embargo, es especialmente beneficioso para quienes intentan mantener una buena salud cerebral a medida que envejecen. Es decir, la dieta MIND puede ser un buen aliado para fomentar el envejecimiento saludable.

La investigación actual sugiere que la dieta MIND está asociada con un riesgo reducido de enfermedad de Alzheimer y pérdida cerebral con el tiempo. No obstante, se necesita más investigación para comprender completamente la dieta y sus efectos. Sin ir más lejos, los investigadores de la Universidad Rush encontraron que los beneficios eran más probables para las personas que comen al menos tres porciones de granos integrales, una verdura de hoja verde y otra verdura todos los días, junto con una copa de vino.

Por otra parte, las personas que deciden seguir esta dieta deben comer nueces la mayoría de los días, frijoles cada dos días, aves de corral y bayas al menos dos veces por semana y consumir pescado al menos una vez a la semana. Igual de importante, deben limitar la ingesta de alimentos poco saludables, limitando el consumo de alimentos como la mantequilla (menos de 1,5 cucharaditas al día) y reduciendo al máximo el consumo de dulces, pasteles, queso y comida rápida o frituras.

Los primeros pasos

Si planeas cambiar tus hábitos alimenticios y la dieta MIND te ha convencido, has de comenzar incorporando más verduras en tu plato, especialmente verduras de hoja verde (col rizada, espinaca, lechuga…). De hecho, los estudios han demostrado que una porción diaria puede ayudar a retrasar el envejecimiento del cerebro. Se sugiere que al menos se consuman seis porciones de verduras de hoja verde por semana.

Para lograr este objetivo de manera sencilla, incluye verduras en tu batido matutino o añádelas en un huevo revuelto, en las sopas o en cualquier guiso. También puedes aumentar el consumo de ensaladas. Otro truco es sustituir las bayas por las golosinas, come dos o más porciones de bayas por semana. Las nueces son una gran opción para dejar de tomar alimentos procesados, lo ideal es comer un pequeño puñado de este fruto seco unas cinco veces por semana.

Consejos para la dieta MIND

  • Cocina con aceite de oliva, este será a partir de ahora tu aceite principal.
  • Opta por reducir el consumo de carne y aumenta el acompañamiento de las comidas a base de frijoles, lentejas y soja.
  • Come pescado, especialmente aquellos ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón.
  • Puedes considerar beber una copa de vino con la cena.

Referencias

Dhana K, James BD, Agarwal P, Aggarwal NT, Cherian LJ, Leurgans SE, Barnes LL, Bennett DA, Schneider JA. MIND Diet, Common Brain Pathologies, and Cognition in Community-Dwelling Older Adults. J Alzheimers Dis. 2021;83(2):683-692.

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Aprende a limpiar tu rutina de alimentación en primavera

Ya se empiezan a notar las consecuencias de la primavera. Las temperaturas son más cálidas y ya están entre nosotros una variedad renovada de productos y alimentos. Esto significa que puede ser el momento ideal para mejorar nuestros patrones nutricionales. Te aconsejamos que sigas las siguientes rutinas para acostumbrar a tu cuerpo de manera natural al cambio estacional.

Es importante seguir una serie de pautas que te ayuden a mantener un estilo de vida saludable. Practica deporte a diario y sigue una dieta equilibrada, incluso puedes combinar estas buenas prácticas con una suplementación a base de vitaminas y minerales. Consulta con tu médico antes de recurrir a los complementos alimenticios o en caso de que vayas a cambiar varios aspectos de tu rutina alimentaria.

Prioriza la comida casera

Si lo que buscas es adelgazar, aprovechando los consejos para depurar tu organismo en primavera, lo más recomendable es que comas en casa. Puedes verte empujado a comer fuera, el buen tiempo y las horas que hemos pasado encerrados en casa a consecuencia del COVID-19 hacen que sea un plan atractivo y diferente. En estos casos, debemos elegir bien dónde comemos y qué pedimos en el restaurante, ya que el control no va a estar en nuestra manos, no somos quiénes preparan el plato.

Cuando tú mismo cocinas, puedes optar por reducir la cantidad de algunos condimentos o añadir otros saludables que en tu restaurante de referencia nunca lo harían por ti. Recurre a alimentos naturales y frescos, tanto en las verduras como a la hora de escoger pescado o carne.

Aprovecha los alimentos de primavera

Disfruta de los productos de primavera

Comprar frutas y verduras de temporada es una excelente manera de expandir tu dieta. Así podrás aportar a tu cuerpo una serie de nutrientes, con productos frescos y de temporada que seguro que también te ayudan a ahorrar.

Mejora tu estado de ánimo con unas deliciosas alcachofas horneadas o rellenas; unos albaricoques que puedes incluir en tu desayuno o ensalada; el kiwi y su piel, con muchísimos nutrientes; o el nabo, tubérculo rico en vitamina C que puedes añadir en una gran variedad de comidas.

No olvides hidratarte

El agua ayuda con muchas funciones corporales: digestión, control del peso, regulación de la temperatura corporal y normalización de la presión arterial. Puedes agregarle sabor con un chorrito de limón o lima, para lo que son más perezosos a la hora de beber agua.

Es importante establecer un objetivo y aumentar la ingesta de líquidos en caso de que esta sea insuficiente. Por ejemplo, puedes usar una botella de agua transparente para realizar un seguimiento y recordar que debes volver a llenarla.

Snacks ricos en nutrientes

¿Crees que comer entre horas es lo peor que puedes hacer si lo que buscas es cuidarte? Nada de eso, puede ser incluso beneficiosos, pero debes tener claro cuáles son los alimentos que debes evitar (chocolatinas, patatas fritas, etc.).

Puedes optar por unos frutos secos, una pieza de fruta, yogures sin azúcar o preparados como el hummus. Tenlo siempre a mano y a punto, para no caer en la tentación y recurrir a otras alternativas más rápidas y menos saludables.

Seguir estos sencillos consejos y rutinas puede ser de gran utilidad para llevar mejor el cambio estacional. Los alimentos mencionados pueden incluirse en una dieta saludable. Solo debes hacer unos pequeños cambios en tu estilo de vida, para obtener grandes resultados.

Referencias

Neira C, Godinho R, Rincón F, Mardones R, Pedroso J. Consequences of the COVID-19 Syndemic for Nutritional Health: A Systematic Review. Nutrients. 2021 Apr 1;13(4):1168.

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Tasa Metabólica, ideal para crear una dieta saludable

El metabolismo basal se trata de la energía que el cuerpo necesita para su normal funcionamiento. Es un gasto básico que realiza el organismo cuando está en reposo. Por otro lado, la tasa metabólica basal o TMB, es un cálculo desarrollado por James Arthur Harris y Francis Gano Benedic en 1919, que se realiza a partir de ciertos datos de la persona, con el cual se obtiene el número de calorías mínimas diarias, que requiere a fin de mantener las funciones básicas del cuerpo, tales como respirar, regular la temperatura corporal, bombear sangre, etc.

Importancia de conocer la Tasa Metabólica Basal

Sea que nuestro objetivo sea ganar masa muscular, perder peso o definir nuestra figura, nos servirá de punto de partida para establecer la rutina tanto alimenticia como de ejercicio que llevaremos a cabo en nuestro día a día.

Cómo se calcula

Para realizar la ecuación, bastará con conocer la edad, la altura y el peso.

En caso de ser mujer la fórmula es la siguiente:

TMB = (10 x peso en kg) + (6,25 x altura en cm) – (5 x edad en años) – 161

Para los hombres solo varía en la operación final:

TMB = (10 x peso en kg) + (6,25 x altura en cm) – (5 x edad en años) + 5

Ahora bien, se debe aclarar que la fórmula sólo nos genera el consumo mínimo de energía de nuestro cuerpo. En vista de esto, se hace necesario tener un conocimiento básico de la cantidad de energía que debemos gastar, en función estilo de vida que llevemos. Veamos cómo conseguirlo:

Fórmulas según la cantidad de ejercicio incluido en la rutina

  • Poco o ninguno – Calorías diarias necesarias = TMB x 1,2
  • Ligero (1 a 3 días por semana) – Calorías diarias necesarias = TMB x 1,375
  • Moderado (3 a 5 días por semana) – Calorías diarias necesarias = TMB x 1,55
  • Fuerte (6 a 7 días por semana) – Calorías diarias necesarias = TMB x 1,725
  • Muy fuerte (2 veces por día) – Calorías diarias necesarias = TMB x 1,9

Con el cálculo ya realizado, veamos cómo distribuirlas.

Dieta basada en la TMB (Tasa Metabólica Basal)

Básicamente las calorías pueden repartirse de la siguiente manera:

  • Carbohidratos – 55%
  • Proteínas – 15%
  • Grasas – 30%

En este paso sacaremos el porcentaje de cada uno, haciendo uso del cálculo Calorías de diarias necesarias hecho anteriormente. A fin de mantener el peso utiliza tal cual, el cálculo obtenido, pero para subir de peso, suma el 20%, en caso contrarios resta el 20%.

Por ejemplo, si una persona necesita 3,118 kcal diarias.

Según lo indicado deberá consumir:

  • 55% Hidratos de carbono = 1,715 kcal
  • 15% Proteínas = 468 kcal
  • 30% Grasas = 935 kcal

Y como resulta difícil calcular la comida basándonos en calorías, lo convertiremos en gramos.

  • Carbohidratos: 1 gramo equivale a 4 calorías
  • Proteínas: 1 gramo equivale a 4 calorías
  • Grasa: 1 gramo equivale a 9 calorías

Siguiendo el ejemplo sería:

  • 55% Hidratos de carbono = 1,715 kcal / 4 = 429 g
  • 15% Proteínas = 468 kcal / 4 = 117 g
  • 30% Grasas = 935 kcal / 9 = 104 g

 

La información presentada es a nivel orientador; si deseas una evaluación más puntual, sugerimos visitar a tu médico. Esperamos haya sido de utilidad, no olvides comentarnos.

 

 

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Diferencias entre masa muscular y grasa corporal

¿Sabías que una persona alta y musculosa puede llegar a pesar lo mismo que una persona obesa de misma estatura?

Sucede que, aunque la grasa y el músculo pesen lo mismo, difieren en cómo se ven y en su funcionamiento.

¿Qué es masa muscular?

Es la cantidad de tejido blando desarrollado por fibras musculares. Constituye el 40% del peso total del ser humano y cumple funciones como proveer estabilidad articular, aportar calor al cuerpo, mantener la postura, entre otros.

¿Qué es grasa corporal?

Es un tejido compuesto por células adiposas. Dichas células se encargan de almacenar la gran cantidad de grasa necesaria para proteger los órganos, cubrir las articulaciones, controlar la temperatura y almacenar vitaminas, en síntesis, para que el cuerpo funcione correctamente.

¿Qué diferencias tiene la grasa de la masa?

Existe la idea errónea de que, al realizar ejercicio, la grasa se convierte en masa muscular, pero nada más lejos de la realidad, pues sus características son muy distintas una de la otra.

  • Volumen:

El espacio que ocupa la grasa es mucho mayor a la que ocupa un músculo. Esto se debe a que la densidad de la grasa es menor (pesa menos que el músculo), por ello dos personas con la misma estatura pueden pesar lo mismo; no obstante, una de ella deba usar una talla más grande de ropa.

Por lo tanto, si comparamos dos porciones de grasa y músculo, esto es lo que obtendremos:

1 litro de músculo cuya densidad es de 1.1g / ml pesa 1,06 kg (2,3 libras)

Mientras que,

1 litro de grasa cuya densidad es de 0.9 g / ml pesa 0,9 kg (1,98 libras)

  • Energía requerida:

La masa muscular metabólicamente es más activa que la grasa. Es decir, mientras el cuerpo está en reposo, los músculos pueden quemar más calorías por día que la grasa corporal.

En proporción por hora, una libra (453g) de grasa quema 1.2 calorías y una libra músculo quema 6.5 calorías.

  • Ganancia o aumento en el cuerpo:

Si bien es cierto que, en ambos casos, el aumento generado en el cuerpo, está relacionado con el alimento ingerido y gasto calórico, con respecto a la masa corporal, existe un tercer factor.

Se trata de las tensiones impuestas sobre el músculo. En otras palabras, el músculo reacciona cuando se realizan actividades físicas que generan una tensión diaria mayor a la acostumbrada.

Por otro lado, la grasa, sencillamente aumenta cuando se consumen más calorías de las que puede procesar el organismo; aun cuando sean proteínas o carbohidratos, el cuerpo almacena el exceso en forma de grasa.

Prepara un plan adaptado a tus necesidades

Ahora que sabes la diferencia, te resultará más fácil crear un plan para adelgazar esos kilos de más, sin decirle adiós a tu preciada masa muscular. Para ello te recomendamos:

  • Incluir en la dieta, alimentos bajos en grasa.
  • Evitar el azúcar refinado y el alcohol.
  • Realiza ejercicios aeróbicos y ejercitar tus músculos.
  • Procurar disminuir menos de 1% del peso corporal por semana.
  • Y crear un plan de alimentación basado en un cálculo de tasa metabólica basal, si no sabes cómo hacerlo, nosotros con gusto te explicaremos.
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